martes, 30 de abril de 2013



Sin necesidad de ser director de orquesta llegar algún día a distinguir, en medio del armónico tumulto de una sinfonía, cada uno de los violines de la orquesta y saber por su sonido que tal le ha ido el día a cada violinista, si ha comido bien o no y cuántas horas ha dormido. Una vez dominada esta peculiar habilidad, aprestarse a escuchar la lluvia con idéntica atención y anotar los resultados...
Fotografiar el gesto, pero solo el gesto; sin cuerpo, sin lugar, el gesto desprovisto, rascarse la nariz, acariciarse el tobillo, no un alfabeto gestual sino el significante vacío, sobre todo el gesto práctico, acodarse, equilibrar el peso, huellas gestuales, no dactilares, que pueden ser las de cualquiera, como guardar el pulgar dentro de la mano, también el gesto inútil, redundante, tocarse el pelo cuando ya no queda ni un pelo que tocarse; centrarse en lo externo, profundizar en la superficie, el gesto como lo más propio, lo intercambiable, lo que se hace mientras se hace cualquier otra cosa como pensar o dar un beso, el modo de cruzar o no cruzar las piernas al sentarse, el gesto en el que nadie repara en un mundo repleto de gestos, de automatismos, el gesto de fotografiar cuando ya vamos necesitando algo más que gestos, no un gestor sino gestar un paisaje común, una forma en la que reconocernos.

domingo, 28 de abril de 2013



Suelo iniciar luchas contra una sociedad que me parece injusta y contra pensamientos que considero que son injustos. Me creo que me dejo la piel defendiendo lo justo… y al final me doy cuenta de que no, de que en realidad lo único que hago es luchar contra mi misma; lucho porque siempre voy a contracorriente y solo hay dos caminos que elegir sí o sí: o sigues luchando contra esa corriente que te agota tus fuerzas sin poder ya más o dejas el cuerpo muerto y te dejas llevar por la corriente. Me gusta la primera opción pero estoy muy cansada de tanta lucha en vano.

Mis gritos son mudos y mis silencios ruidosos. Soy consciente de que soy una persona especial en el mal sentido; sé que muy pocos son los que pueden valorarme en conjunto (y más aún positivamente). Muchas personas se quedan en lo superficial que muestro, de hecho es muy fácil conocerme y tratarme superficialmente. El problema viene cuando sin querer se comienza a atravesar esa barrera que de repente muestra un abismo de rarezas, peculiaridades y de prioridades. Si algo he aprendido es que todo tiene un por qué y que si somos como somos es porque tenemos una historia a cuestas en nuestra espalda que nos pesa y nos define como personas. No tengo ningún problema en reconocer que soy una persona difícil porque de hecho lo sé y muchas veces es lo que hace que me deprima y me den ganas de mandar al traste al mundo…

Últimamente me decepciono muchísimo conmigo misa porque noto como se está apoderando el conformismo en mi cuerpo, ¿pero qué hago? Parece que cuanto más intento explicarme menos me entienden las personas…

He llegado a la conclusión de que,  al menos temporalmente, simplemente quiero estar tranquila en mi realidad y que los que formen parte de mi vida me acepten tal y como soy…  pero parece que todo el mundo quiere venir a sacarme de ella, ¿tanto cuesta comprender que cada persona somos un mundo?
Venid y ponerme la anestesia general, que vienen curvas…

martes, 23 de abril de 2013


Vivir despeinado.

Todos deberíamos atender esta frase con intensidad, sin poses, disfrutando cada momento, cada experiencia, cada afecto. Sin lugar a dudas, seríamos mucho más felices.

Hoy he llegado a la conclusión de que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar de la vida con mayor intensidad… el mundo está loco, definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo bonito sale caro. El sol que ilumina tu rostro se arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina…

- Hacer el amor, despeina.
- Reírte a carcajadas, despeina.
- Viajar, volar, correr, meterte en el mar… despeina.
- Quitarte la ropa, despeina.
- Besar a las personas que amas, despeina.
- Jugar, despeina.
- Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
- Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible
                                                                                    - Y un largo etc…

Así que a partir de ahora QUE VIVAN LOS CABELLOS DESPEINADOS; a partir de ahora cuando me veas despeinada pensarás que estoy algo “majareta” pero no dudes que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida. Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer asiento del vagón de una montaña rusa que la que elija no subirse.

Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: Péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria… Y quizá debería seguir las instrucciones pero, ¿cuándo me van a dar la orden de ser feliz? ¿Acaso no se dan cuenta que para que una mujer esté bella debe de sentirlo y creérselo primero? Para ser la mujer más bella que puedo ser lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo vea la chica que quiero ser y no la que los demás quieren que sea. Por eso mi recomendación a todas las mujeres es que hagan el amor UNA Y MIL VECES (no veas lo que despeina este asunto…), comer sano, besar, abrazar, bailar, enamorarse y desenamorarse todas las veces que sean necesarias, relajarse, viajar, saltar, trasnochar, madrugar… Correr, volar, cantar, ponerse guapa, ponerse cómoda, admirar el paisaje… Disfrutar, y sobre todo, dejar que la vida te despeine. Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.


sábado, 20 de abril de 2013



Mi personalidad no es un asunto que me agrade tocar, pero creo que es mejor burlarme de mí misma antes de que otros lo hagan.

Para empezar, me gusta que me llamen por mi primer nombre y reducido: Isa. 

A pesar de la apariencia considero que soy una chica bastante aburrida. No me gusta que me molesten pero me encanta fastidiar. A veces soy insoportable. Puedo dar la sensación de que me gusta llevarme mal con las personas, aunque en realidad se trata a veces simplemente de pasotismo por no complicarme más la existencia. Me gusta estar sola, vivir en soledad y vivir de manera austera.

Me gustan los desafíos, pero no me gusta cumplirlos. Me gustan los momentos tiernos, pero raras veces los vivo. Me gusta la música clásica, pero me avergüenzo cuando me descubren escuchándola. Soy sincera, pero pocas veces me creen. Escribo en un blog personal, pero todo el mundo me lee por el Facebook. Me gusta tomarme fotos. Soy llorona. Me gusta hacer locuras, pero no me considero una loca. Me gusta el verano, pero detesto el sol. Me gusta hacerme la fuerte, pero tengo el corazón demasiado endeble.

Me gusta escuchar música, pero a penas tengo tiempo para hacerlo. Me gusta las reuniones familiares, pero siempre que se da la ocasión tengo otras cosas “más importantes” que hacer y a penas disfruto de ellas.

Soy orgullosa, pero no me gusta ser indiferente. Soy cariñosa, pero me intimida demostrarlo. Mis amigos siempre me piden consejos de amor, pero yo no sé nada del amor.

Soy soñadora, romántica y comprensiva, pero a veces lo dudo. Me gusta vestirme bien, pero siempre me visto mal.

Detesto a las personas que te palabrean y te pintan una realidad inexistente, aunque mis amigos dicen que yo soy una de esas personas.

No me gusta que lean lo que escribo pero no puedo dejar de publicar. Me gustan los poemas, pero no los míos. Siento que los poemas conservan más sentimientos que la prosa, pero siempre hago prosa y raras veces poemas.

Detesto perder el tiempo porque siento que mi vida se echa a perder, pero siempre el ocio me gana y termino haciendo nada. Me gusta salir de fiesta pero no encerrarme en una discoteca.

Algunos considerarán que tengo los peores amigos del mundo, pero para mí son mejores. Siempre he tenido mala suerte, pero yo no creo en la suerte. No me gusta creer en mí porque siento que me miento.

Siempre busco consejos en los demás, pero nunca les hago caso. Me gusta ser independiente, pero muchas veces dependo de mis sentimientos. Me gusta soñar, pero detesto dormir. Me gusta comer pero no saciarme hasta explotar. Me gusta demostrar lo que siento, pero lo hago muy de vez en cuando. Soy inquieta. Algunas personas dicen que escribo bien pero yo no confío mucho en ello, ni si quiera me considero escritora. Nunca he ganado nada, solo castigos y reproches. No me gusta ver triste a las personas, pero a veces yo las hago sentir mal.

Me gusta contar chistes y hacer reír a los demás, pero siempre fracaso y terminan riéndose de mí. Soy pesimista, pero siempre le digo a mis amigos que todo irá bien.

Me gusta hacer postres, pero no sé prepararlos. Me gusta dibujar pero he dejado de hacerlo. Soy miedosa, pero muchas veces finjo no serlo. Detesto ser valiente.

Me gusta que me reconozcan, pero no que me conozcan. Quiero vivir para siempre, pero sé que moriré antes de llegar a los 80. Quiero casarme algún día, pero no religioso ni civil. Nunca me ha gustado ser chismosa, pero cuando me encuentro con alguien siempre tengo algo que contar, por algo seré comunicadora. Nunca me ha gustado trabajar para ninguna empresa, pero la carrera que estudio está ligada al ambiente empresarial (sí, los hospitales son empresas de financiación y gestión pública por el momento). Soy autodestructiva. Me gustan los dulces y el zumo de naranja recién exprimido. Me da miedo la oscuridad, pero me encanta la noche. Me gusta ganar, pero nunca he ganado nada. Me gusta ver parejas de ancianos por la calle cogidas de la mano y las miro con nostalgia porque sé que yo no llegaré a lo mismo. Me gusta pasear, caminar, jugar y bailar, pero desde mi imaginación. Me gusta la música romántica, pero no sufrir por amor. Soy predecible, pero muchas veces nadie sabe lo que me pasa.

Odio los teléfonos, pero no puedo vivir sin ello. Soy tímida, pero nadie me cree. Me gusta ver el cielo y perderme en mis pensamientos. Me encanta escribir. Me gusta que las personas expresen lo que sienten, los hace más nobles y valientes.

Me gustan los viajes, pero no me gusta estar lejos de casa. Soy revoltosa, aburrida y un poco mitómana.

Detesto la inpuntualidad, pero últimamente comienzo a llegar tarde a los lugares. Me gusta conversar con gente adulta, pero no que ellos conversen conmigo. Me gusta comer dulces mientras escribo. Soy corpulenta, pero me importa poco. No me gusta que las personas opinen bien de mí, pero a la vez deseo que me lo expresen directamente. No creo en Dios, ni si quiera en mi misma.

Soy muy tolerante, pero detesto esperar. Quiero mucho a mis padres, pero me gustaría vivir lejos de ellos. Me gusta gastar, pero nunca tengo dinero para hacerlo.

No sufro de amnesia, pero suelo olvidarme muchas cosas. Me gusta que me escriban pero nadie lo hace. Me gusta vivir, pero a veces prefiero estar muerta. Me gusta todo aunque no tenga nada. Podría considerarme superficial aunque en realidad me importan más los sentimientos. Soy perseverante, pero muchas veces me rindo fácil. Me gustan los colores suaves, pero todo el mundo me relaciona con colores fuertes. Me gusta cortarme el pelo, pero cuando lo hago suelo arrepentirme.

No me gustan las personas vulgares, pero adoro cuando mis primitas dicen alguna”burrada”. Soy irónica, pero no me gusta que sean sarcásticos con mis amigos.

Tengo la autoestima baja, pero siempre aparento lo contrario. Había dejado de creer en el amor, pero estoy enamorada. Tengo el corazón pequeño, pero con suficiente espacio para querer como nunca lo había hecho hasta ahora.

Soy intuitiva, ingenua y atrevida, pero sólo cuando me lo propongo. Tengo muchas cualidades, pero todavía no las conozco.
¿Complicado, verdad? Desde luego si fuese hombre jamás me fijaría en mí…


Las mentiras pudren una verdad. Si a una verdad la añades mentiras, se convertirá en una mentira completa. Pero si a las mentiras se las va añadiendo verdades, hay dos posibilidades. Que se conviertan en las verdades que realmente son, que desveles los secretos de las palabras; o que, por el contrario, nunca puedas dejar de mentir, porque tu vida entera encierra una gran mentira, un gran secreto. Como siempre, sólo tú eliges. Pero eso no significa que no te influencien.

Puedes intentar engañar a los demás, pero si no te crees tus mentiras, no servirá de nada.

Y siempre existe la tercera opción. En este caso, lo neutro, la valentía. Tras ser valientes, toda la realidad te golpea. Y, si has hecho bien las cosas, llegará la calma y tras ella, la recompensa. Tal vez tarde en llegar, tal vez te desespere la espera, te corrompa la locura y te pierdas en la luz, pero la recompensa llega. Aunque es diferente para cada uno...

A veces nos sentimos como una montaña rusa; sube baja sube baja... como un columpio; arriba abajo arriba abajo... como un reloj; tik tak tik tak... o simplemente como una pompa de jabón, empiezas bien, tienes la esperanza de subir y subir, ves que no te explotas y en el momento mas inoportuno ¡PLOF! adiós querida pompa.

miércoles, 17 de abril de 2013

Porque todos nos hacemos mayores...


Todos nos hacemos mayores. Tarde o temprano, nuestra cara se llenará de arrugas, nos costará esfuerzo levantarnos y dejaremos de valernos por nosotros mismos. Sin embargo, tendemos a olvidar que el tiempo pasa para todos, y abandonamos a esos “ancianos” en residencias y hospitales sin darnos cuenta de que quizás un día a nosotros también nos “abandonen”. Y entecomillo “abandonen” porque bien es cierto que no siempre es posible, ni conveniente, mantener a los mayores a nuestro lado; pero también es verdad que en muchas ocasiones delegar su cuidado en otra persona les lleva a sentirse solos. Esa sensación de abandono, junto al drama del Alzheimer, son los pilares de 'Arrugas', una película entrañable, conmovedora y, sobre todo, un bonito homenaje a la vejez que no deja a un solo espectador indiferente.


Ahora, después de haberla visto, entiendo por qué ha recibido tantas alabanzas. Es
 una película magníficamente estructurada que habla sobre la vejez y, más en concreto, la enfermedad del Alzheimer, con toques de drama inteligente, comedia e incluso suspense. Es uno de esos títulos que emocionan profundamente y dejan huella.


Lo cierto es que 'Arrugas' es un título imprescindible. Por un lado, es un proyecto valiente, ya que tristemente la vida en un geriátrico interesa a pocos; mucho más audaz aún si se tiene en cuenta que adopta un género, el de la animación, propio del público infantil. Por el otro, necesitamos ver 'Arrugas' porque, lo queramos o no, a todos nos toca, y a nosotros también nos gustará que nos entiendan.


"Cierra los ojos y verás" Hoy me he tropezado con esta frase de Joseph Joubert un ensayista francés que vivió entre los siglos XVIII Y XIX.

Recuerdo que siendo niños, cuando alguien te decía ¡Cierra los ojos!, tú los cerrabas. Y al poco rato, al escuchar ¡Ábrelos! te encontrabas con cualquier cosa, una sorpresa agradable o, por el contrario, el bicho más repugnante que te hacía lanzar un grito que se escuchaba en la otra punta del pueblo. Si quien te ordenaba cerrar los ojos era alguien que te quería, tú los cerrabas con toda confianza, sabiendo que nada malo podía sucederte.

Los ojos. Ese sentido tan importante que nos permite disfrutar del amor reflejado en el rostro de los seres queridos, de la tierna sonrisa de un niño, del azul luminoso del cielo, de la inmensidad del mar, de los maravillosos colores de las flores, del volar de las hermosas mariposas, de la belleza de una escultura o de un cuadro… ¡de tantas y tantas cosas…!

"Cierra los ojos y verás" Yo lo he experimentado tumbada en la cima de la montaña, en un día primaveral, he cerrado los ojos y he escuchado los sonidos de alrededor: el canto de los pájaros, el murmullo de la brisa, el silencio de la naturaleza, y he visto que algo muy hermoso vibraba en mi interior. ¿Y qué decir de poder escuchar tu música favorita, relajada, sin que nada ni nadie te distraiga, sola tú con las notas desgranándose una tras otra, invadiéndote despacio hasta transportarte a un lugar muy especial? Solo al abrir los ojos se rompe el embrujo. Con tus ojos cerrados, tu imaginación se ensancha y puede transportarte a grandes praderas, impresionantes cataratas, inmensos desiertos…


lunes, 15 de abril de 2013

Un noble del siglo XVI vería tantas imágenes a lo largo de su vida como cualquier persona de la actualidad en una semana. Si se tratara de un campesino en lugar de un noble, la comparación sería mucho más extrema: Cuadros religiosos en las iglesias, algún folletín pegado en un espacio público, lonas malamente dibujadas en ferias ambulantes serían entre las únicas imágenes que podría ver en su vida.
Por esta carencia, en la antigüedad se le daba un valor especial a las imágenes y a quienes las creaban, concediéndoles divinidad y poderes mágicos llegando incluso a prohibirlas en algunas religiones.

En el siglo pasado la fotografía primero y el cine después vienen a democratizar la imagen, a hacerla ubicua e imprescindible. Su avance se puede ver claramente en el formato de los periódicos que poco a poco van llenándose de imágenes como en una marea imparable, para finalmente relegar a las palabras a los titulares y a las páginas interiores.

Pero las imágenes tienen aun un halo mágico que las rodea. A pesar de que las imágenes se vuelven omnipresentes, esto es verdad únicamente desde la posición del público receptor. Recibimos esta comunicación un-direccional sin posibilidad de respuesta. Crear imágenes sigue siendo un lujo, pero que se empieza a popularizar con la fotografía.

Con la llega de de los teléfonos inteligentes, la comunicación global y servicios como Facebook, Tumblr, Instagarm, las imágenes cobran un nuevo lugar. No somos ahora meros receptores de imágenes, también ahora las producimos con mucha mayor facilidad.

La cantidad de imágenes creadas por una persona normal en la generación de nuestros padres, ahora es fácilmente superada por un adolescente con iPhone en unas cuantas semanas.

Ahora no somos sólo receptores, también somos creadores y quizás más importante, transmisores de imágenes. El flujo visual pasa y parte de nosotros, compartimos con la facilidad de un click, y la imagen no queda frente a nuestra retinas más que un instante, pero no por eso es menos importante.
Pero más allá de aumentar el número de imágenes existentes, ¿cuál es la consecuencia de esta sobreabundancia visual?

Una nueva lengua está creándose. Sólo hay que pasearse por Tumblr donde los adolescentes encontraron un hogar, jóvenes que en el pasado publicaban blogsl, y mucho antes sus propios diarios íntimos bajo la almohada (sí, yo era una de esas que escribía en el típico diario y que cerraba bajo un candado de esos que se pueden abrir con una horquilla...ay, la inocencia de los niños). Aquí nos encontramos con las mismas angustias, alegrías y tristezas que nosotros mismos sufrimos pero explicadas a partir de imágenes. El mensaje es el mismo, pero el lenguaje cambia: Imágenes propias, copiadas y transmitidas. La comunicación está hecha a partir de información visual y esta articulación de pregunta respuesta, de comunicación en dos direcciones, terminará volviéndose un verdadero idioma.

Con una generación entera que lleva una pantalla miniatura y una cámara en el bolsillo, estamos en el comienzo de un nuevo mundo. Y si el lenguaje permitió el desarrollo del pensamiento, ¿qué ideas encontraremos cuando podamos pensar con imágenes?.




sábado, 13 de abril de 2013

Ser soñador frente a los malos tiempos.


Es un dolor de cabeza inmenso el de cuando te despiertas y te das cuenta de que todo lo maravilloso que ocurrió por la noche fue solo un sueño, que la realidad te atrae con sus tentáculos tan fuertes como te aferras a las sábanas y deseas volver al mundo paralelo que creaste mientras dormías. Te levantas arrastrando los pies. Casi deambulas por una casa que serías capaz de recorrer con los ojos cerrados sin chocarte una sola vez.

La luz del sol ya ciega y el calor se te pega a la piel y al pelo. Ya no te ves tan bien como antes de salir. Ya no te sientes tan segura. Esa actitud de comerte el mundo que desprendías al mirarte al espejo se ha esfumado y ahora solo ves a quinientas personas que se merecen mil veces más ser felices que tú. Le das limosna al mismo vagabundo todas las mañanas con la esperanza de que un día abandone su cartón de vino y se compre un Donut. El desdentado sonríe y agradece con la cabeza la borrachera que se agarrará a tu costa. Con suerte, él no tendrá la resaca que tienes tú sin probar un trago.

Es un segundo, un roce, un cruce. El corazón te tiembla y tus tacones se tambalean echando por los suelos la poca autoestima que te quedaba. Son sus ojos marrones, su sonrisa perfecta, sus andares de modelo, sus gafas de pasta, su pelo cuidadosamente despeinado, su camiseta de John Boy… Y ese sueño del que te despertaste demasiado pronto, justo antes de averiguar el sabor de sus labios.

Un círculo que te atrapa. Sin salida. Una vida de rutinas que se repiten hasta la saciedad. Hasta el hartazgo. Hasta que no puedes más y tratas de explotar. Implosionando. Recayendo mil veces en los mismos errores. Y da igual las veces que te reconstruyas. Nunca cambiarás de planos.


viernes, 12 de abril de 2013

Noche de tango.

Me encanta recibir sorpresas, especialmente cuando son referentes al arte y aún más si se trata de disfrutar de la música del gran Astor Piazzolla; por tanto me despido hoy con una inmensa sonrisa. He tenido el placer de ver en directo el baile sensual del tango, ese género musical y baile rioplatense popular originario del ámbito urbano de Argentina y Uruguay que me encanta.

Mi acompañante al finalizar el espectáculo y salir del teatro me ha preguntado que qué podía comentar sobre lo que habíamos visto y aunque en ese momento me he quedado corta ahora os digo que...

Yo esta noche en el tango he visto la viva representación de la pugna entre la mujer y el hombre, seres diferentemente sexuados y diferentemente socializados en nuestra estructura social. El tango es, por una parte, la sublimación de una sexualidad fundamentalmente fálica y por el otro lado, la puesta en escena de la diferencia de poder y de acción entre los sexos. El hombre es, en el tango, el sujeto que lleva el mando, conduce el movimiento, determina el giro, induce a la fricción y también a las acrobacias gimnásticas de su contraria. La mujer, se deja llevar en el ritmo, se deja tomar por la cintura, se hace doblar casi en dos en el abrazo masculino, y abre y apoya su pierna sobre el fémur del macho vencedor. Ella vuela en el aire por él, mientras él pisa la tierra firmemente, ratificando su poder en el mundo.

El tango es PASIÓN, claramente, pero también DOLOR. Mujeres que no se sienten reflejadas en ésta forma clásica y masculina de baile, asumen el otro rol, el del hombre, y pendulan entre una y la otra ejecución de ésta sexualidad
sublimada. Y quizás, allí, bailando entre dos roles, el tango y la milonga se
abre un espacio nuevo y creativo de interacción social.

Antes de despedirme os dejo una cita de Piazzolla que sintetiza muy bien la meditación de esta noche respecto al tango:

"Vuelvo a vos, con mi deseo, con mi temor".


jueves, 11 de abril de 2013

Convertir a la mujer en "cosa".






Que conste que me considero feminista. Si bien, mi feminismo nada tiene que ver con la ideología de género: ese raro engendro intelectual que ha cercenado tanto a la mujer que la ha reducido a simple… cosa. Al final, aunque su objetivo era otro, les ha salido el tiro por la culata.

Me encontraba caminando hace unos días por Murcia, y sin exagerar, podía haber más de diez carteles anunciando ropa interior de mujer. Leyendo el periódico: tres páginas de anuncios de contactos. Internet: millones de mujeres son mostradas como un mero objeto de placer. Y podríamos seguir, lamentablemente, poniendo ejemplos, todo el día.

Mucha gente me dice: ¡Son libres! ¡Pueden hacer lo que quieran!

Totalmente cierto: son libres. Pero eso es algo que es evidente, no es nada nuevo. Están ejerciendo su libertad…

He aquí el drama. Son absolutamente libres. Y, libremente, se dejan usar como un mero objeto. “Como son libres, está bien…”. Luego nos quejamos de que hay “violencia de género” (nombre nefasto): nos han acostumbrado a que la mujer se deje usar como objeto, y hemos creído que como lo hacen libremente, está bien. Y, luego, claro, muchos hombres tratan a sus mujeres como objetos. La ideología de género ha disuelto lo masculino y lo femenino, en algo ciertamente confuso. Ser mujer o varón ya no es cuestión de cromosomas sino de libre elección. Ser varón o mujer ha pasado a formar parte de ese bagaje de lo superfluo que con el que carga el hombre moderno: ha pasado a formar parte de esa lista de compra infinita en la que puede elegir. Y en este inmenso supermercado de lo superfluo, el hombre y la mujer modernos se han perdido, se hallan confusos, y finalmente no saben quiénes o qué son. La ideología de género ha puesto el grito en el cielo: “¡Mujeres del mundo, uníos: sed libres, usad vuestro cuerpo de cualquier manera!” Y, en un acto dramático de absoluta libertad, muchas mujeres han elegido dejar de ser mujer para ser…cosa. ¿Triste, no es cierto?

Que quede claro: la autonomía de la mujer debe ser defendida. Su paridad con respecto al varón, igualmente. Pero teniendo en cuenta que la mujer es persona, no objeto.

Yo diría: “¡Mujeres del mundo, uníos! Sed libres, pero siendo libres, no escojáis lo más triste, no sea vuestro cuerpo un objeto de usar y tirar. Cuando un hombre te mira deseándote, te esta “cosificando”: te convierte en vulgar cosa. Defended vuestro cuerpo de la mirada indiscreta de hombres sin compasión, que os convertirán en un trapo sucio, deshecho y finalmente tirado en cualquier parte…”


martes, 9 de abril de 2013

Un adios a Sampedro.

La cultura española ha perdido este martes a una de sus grandes figuras, el escritor, humanista y economista José Luis Sampedro. A los 96 años de edad ha fallecido en su domicilio. Sampedro nació en Barcelona en 1917 pero pronto marchó a Tánger (Marruecos). Sus ojos han vivido el horror de la Guerra Civil y otros muchos acontecimientos históricos de España. Ha escrito más de una vintena de obras, varias de ellas de índole económica y novelas. En 2011 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas. Aquí os dejo algunas de sus frases célebres, espero que os hagan PENSAR...


*"El día que se nace uno se empieza un poco a morir. Estamos acostumbrados a ver la muerte como algo negativo, y yo estoy tan cerca que no puedo dejar de pensar en este asunto. pero pienso con alegría vital. Lo que no nos enseñan es que el día que se nace se empieza uno a morir, y la muerte nos acompaña cada día'".

*"El sistema ha organizado un casino para que ganen siempre los mismos".

*Es asombroso que la Humanidad todavía no sepa vivir en paz, que palabras como 'competitividad' sean las que mandan frente a palabras como 'convivencia'.

*"Nos educan para ser productores y consumidores, no hombres libres".

*"Estamos en un momento en el que se está hablando de muchos problemas. Pues el más grave hoy es el Ministerio de Educación. Con sus recortes e insensibilidad se priva a los niños menos favorecidos de oportunidades, de horas de estudio, de clases, de aulas y profesores de apoyo. Se está castrando la inteligencia de esos chicos cerrándoles las puertas para el futuro mientras se favorece la enseñanza religiosa con dinero laico".

Y AQUÍ UNA DE MIS FAVORITAS:

"¿La gente está loca? No, la gente está manipulada".



lunes, 8 de abril de 2013

La vida no se mide anotando puntos como en un juego, la vida no se mide por el número de amigos que tienes ni por cómo te aceptan los otros. No se mide según con quién sales, con quién solías salir ni por el número de personas con quienes has salido; tampoco se mide por las personas que has besado. No se mide por la fama de tu familia, por el dinero que tienes, por la marca de coche que conduces ni por el lugar donde estudias o trabajas; no se mide ni por lo guapo ni por lo feo que eres, ni por la marca de ropa que llevas, ni por los zapatos, ni por el tipo de música que te gusta, la vida… simplemente no es nada de eso.

La vida se mide según a quién amas y según a quién dañas, se mide según la felicidad o tristeza que proporcionas a otros, se mide por los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas, se mide por como usas la amistad… La vida se trata de hacer lo que se dice y decir lo que se hace, se trata de los juicios que formulas, por qué los formulas y a quién se los comentas; se trata del amor, el respeto, el odio que llevas dentro de ti, de cómo lo cultivas y de cómo lo riegas. Se trata de si usas la vida para alimentar positivamente tu corazón y el de otros…




Nos podemos quejar poco o nada...

Nos podemos quejar poco, o nada, de lo que somos como seres humanos; nuestro cuerpo, nuestra piel, nuestro sistema nervioso, nuestro aparato digestivo, nuestro corazón, nuestras células, nuestras neuronas, nuestra química, nuestra genética, nuestra evolución; un cerebro gelatinoso que nos cabe en la palma de la mano, que nos abre a todo un universo, y que si es necesario nos encierra en una conciencia.

Me puedo quejar poco, o nada, pues, de lo que soy. Me han dado dos piernas, para correr si lo necesito; me han dado dos manos, para empujar a lo que me persiga; me han dado una espalda (no como a los árboles) para no verte cuando te empuje, o cuando corra de tí; y me han dado, entre otras cosas, una boca. La boca es importante y si la uno con mis cuerdas vocales, flipa, si puedo hablar y todo, y comunicarme, y gritar, y bostezar (amo bostezar). Pero, no, no siempre puedo comunicarme; he aprendido un idioma, pero un idioma que no me permite expresar las cosas verdaderamente importantes, impresiones, realidades, mi subjetividad: defíneme amarillo, ¿entiendes?.

Me encantaría contar con un órgano que sacara a la luz nuestras sensaciones (iba a poner sentimientos, pero no tengo una noche cursi), cuando lo necesitásemos, y me dejara sin palabras. Es decir, puedo explicarte lo que te quiero, pero jamás sabrás cuanto te quiero, ni el contexto de sus dimensiones. Y por lo menos a mí nada más que dar el paso de intentarlo, me cuesta; nervios comunes de un cobarde, aunque también será porque en la boca hay muchos (nervios), justo en las encías, y claro. Me refiero a esas cosas con las que piensas "me gustaría que entrases en mi cabeza, por un momento, y me comprendieses, pero no tengo la boca tan grande, y no cabes, lo siento, a lo mejor si no me hubiesen puesto tantos dientes no tendría que masticar tanto lo que pienso para traducirlo en jeroglíficos de estos, que diga, palabras".

A veces creo que ese órgano son las pupilas, son hermosas, profundas; para mi, como he dicho, si llegan al cerebro, llegan al universo, a tu universo; pero pienso que somos analfabetos de las miradas, mucha gente no sabe leer unos ojos, y a veces, aunque lo pongamos más fácil, parece que unas mejillas sonrojadas no son suficientes.

viernes, 5 de abril de 2013

Y antes de dormir...


Las actitudes son nuestras creaciones, son nuestros prejuicios, nuestras invenciones. La vida no es creada por nosotros; al contrario, nosotros somos sólo ondas en el lago de la vida.
¿Qué clase de actitud puede tener una ola con respecto al océano? ¿Qué tipo de actitud puede tener una hoja de hierba hacia la Tierra, la Luna, el Sol o las estrellas?
Todas las actitudes son egoístas, todas las actitudes son estúpidas. La vida no es una filosofía, no es un problema; es un misterio. Tienes que vivirla, no de acuerdo a cierto patrón de conducta, no de acuerdo a un condicionamiento, de acuerdo con lo que te han contado sobre ella. Tienes que empezar de nuevo, desde cero.
No me interesa saber lo que haces para vivir, simplemente quiero saber cuál es tu dolor y si estás dispuesto a soñar para encontrar el anhelo de tu corazón. No me interesa saber qué edad tienes, solo quiero saber si arriesgarás parecer un tonto, por amor, por tus sueños... por la aventura de estar vivo.
No me interesa saber que planetas circundan tu luna, quiero saber si has tocado el centro de tu propia tristeza, si has estado abierto a las traiciones de la vida o si te has marchitado y cerrado por miedo a más dolor.
Quiero saber si te puedes sentar con el dolor, tuyo o mío, sin moverte para esconderlo, disminuirlo o arreglarlo. Quiero saber si puedes estar con la alegría, tuya o mía y si puedes bailar libremente y dejar que el éxtasis te llene desde las puntas de los dedos de tus manos y hasta los pies, sin advertirnos ser cuidadosos
o realistas o recordar las limitaciones de ser humano.
No me interesa si la historia que me cuentas es cierta. Quiero saber si puedes desilusionar a otros por ser sincero contigo mismo; si puedes soportar la acusación de la traición, sin traicionar tu propia alma. Quiero saber si puedes ser fiel y por lo tanto ser digno de confianza. Quiero saber si puedes ver la belleza, aún cuando cada día no sea hermoso… Quiero saber si puedes vivir el fracaso, tuyo o mío.
Y aún así, pararte en la orilla de un lago y gritarle a la luna plateada… ¡Si!
No me interesa saber dónde vives, o cuánto dinero tienes. Quiero saber si te puedes levantar después de una noche de dolor y desesperación, abatido hasta los huesos, y hacer lo que necesita ser hecho para los niños. No me interesa saber quién eres, o cómo llegaste aquí. Quiero saber si te puedes parar conmigo en el centro del fuego y no retroceder. No me interesa dónde, qué, o con quién has estudiado o si ni si quiera lo hiciste.Quiero saber si te sostienes desde adentro cuando todo se cae a tu alrededor. Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo y si verdaderamente disfrutas la compañía que mantienes en tus momentos vacíos...

miércoles, 3 de abril de 2013

Yo... humana.


Ser humanos… respiramos por defecto, destruimos por concepto, y los más atrevidos pensamos como castigo ante el pensamiento de querer salir de la naturaleza. La vida a veces nos ahoga en sufrimiento, las lágrimas nos hunden en dolor y no queremos volver a sentirnos como te estás sintiendo. La vida no nos llena, nos sentimos vacíos; en un mundo perdido e ilógico. ¿Nuestro castigo? el no ser correspondidos, ni entendidos. ¿Nuestra virtud? sentir el dolor de la realidad. ¿Nuestro defecto? tener conciencia y torturarnos con aquello que sabemos que hacemos mal. 
Pensamos que una vida no tiene sentido sin motivos por los que luchar  y que los sueños se hacen realidad; la mentira es nuestro ambiente, y las lágrimas nuestro mar que nos ahoga ola a ola, y no podemos respirar.  La verdad es que el dolor de una sociedad que no te entiende es algo que muchas veces no sabemos aceptar, queremos escapar, incluso a veces desaparecer y no volver a pensar, olvidar la vida y su destino, olvidar el dolor y las preocupaciones que van saliendo…
La libertad es un privilegio que creemos tener pero no tenemos. Opino que creer que podemos hacer lo que queramos no es correcto, porque todo acto malo tiene un castigo, pero… ¿quién sabe diferenciar qué es lo bueno de lo malo? ¿qué es lo que está pasando? Y nuestro castigo es encerrarnos…
Y como humana caigo,  me automutilo y corto mi lengua, mis latidos, y mis suspiros. Como humana soy mala, y acepto mi castigo, el dolor es continuo y estoy harta de seguir viva, esperar algo sin motivos… me pierdo… me desquicio, y lo único que quiero es mover el mundo con escritos… imbécil… si apenas puedo mover mi mundo, mantener mis ilusiones, y luchar por mis propósitos… ¿cómo voy a cambiar un mundo que me corta las alas al querer volar? Que no me cree al decir, gritar, y quedarme sin voz de no hablar…
Algún día explotaré, entonces llegará el momento de cambiar de táctica y luchar por cambiar a las masas… transmitir y que la gente te escuche cuando hables.