domingo, 12 de mayo de 2013

Distingamos bien los amores tangibles de los intangibles, los prácticos de los desastrosos, los útiles de los inútiles, los ilusionantes de los descorazonadores. Los compatibles de los que no lo son, los perdidos de los imperdibles, los impuestos de los deseados, los románticos, novelescos, literarios y líricos, de los reales, realistas, cotidianos y pedestres. Los que valen la pena (la pena que te hacen experimentar antes o después) de los que dan pena los mires por donde los mires. Los compartidos de los mal repartidos, los envidiables de los envidiosos, los pasajeros de los arraigados, los platónicos de los aristotélicos. Los de verano de los de invierno, los imposibles de los inevitables, los irrompibles de los que se caen a pedazos, los simples de los compuestos, los absurdos de los lógicos, los unilaterales de los bilaterales, los cerrados de los abiertos, los compartibles de los cerriles, los generosos de los egoístas, los hacia afuera de los hacia dentro. Los indefinidos de los concretos, los continuos de los intermitentes, los transparentes de los opacos, los brillantes de los oscuros, los alegres de los tristes, los expansivos de los contraídos, los centrífugos de los centrípetos, los demoníacos de los angelicales, los humanos de los inhumanos, los lógicos de los ilógicos. El filial del romántico, el primero de los subsiguientes, del actual o del último (del que vaya a ser el último que no sabemos cual será sobre todo si tenemos en cuenta que la experiencia nos dirá a posteriori si aquello fue amor o fue otra cosa)…


Hay amores que matan y otros que dan vida, ¿es justo llamarles amor a ambos? si del amor el fruto no es amor, ¿será digno aún de tal nombre?, yo creo que no, pero no me hagas caso. A quién consultaremos sobre eso, ¿a uno que haya amado mucho?, ¿a otro al que hayan amado mucho?, ¿a dos que se hubieran amado recíprocamente con el mismo amor?, ¿es eso posible? ¿o cada uno con el suyo?, es posible también. Qué lío.


¿Te amo a ti?, lo que tú eres, lo que tú supones, lo que tú quieres (aunque no coincida del todo con lo que quiero yo o con lo que quería antes de quererte) ¿o lo que amo es el amor que me tienes, o el que generas en mí, o el que en mi se genera por tu causa (a veces sin tu conocimiento)? o cómo me hace sentir amarte y tenerte cerca o dentro de mi mente, de mis entrañas, de mi ambiente, de mi mundo, de mis ilusiones y proyectos, de mis dominios, de mí simplemente (y me refiero a mi simpleza).


¿Llegamos a mezclarnos tú y yo o solo a estar muy cerca? ¿quién envolvió a quién, quién convenció al otro, quién imitará al otro, se plegará al otro? o ya no se sabe quién es quién porque ninguno es como era: es él y el otro, el otro y él, otro ser, nuevo, distinto, mucho más grande, la fusión de dos que si en trozos los partieras seguirían siendo eso, dos en estado de estarse amando.


No se me ve en ti ahora que estamos lejos, mal asunto. ¿Sabrías explicar quién soy? Quizás no porque ya no estoy ahí, el amor podría haber muerto...y si el amor muriese yo moriré con él...

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